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Este es uno de tantos...

Texto para "Desnudar relatos"

Collages de Andrea Trotta en Arte y Vida.

Agosto-Septiembre 2017.


La vida no sobra./ La muerte nos obra.
Una flecha partió la cuerda del reloj./Hicimos el nido en el árbol prohibido
en la rama del gato más feroz dimos a luz.
Gabo Ferro.

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...relatos que son construcciones de sentidos. Cada discurso -plástico, teatral, musical, literario, poético, teórico- es concebido atravesando ideas sobre el mundo y nuestra relación con él. Por eso es que podemos afirmar que todo relato es político. Estas ideas pueden estar más o menos evidenciadas, pero hay algo seguro: están ahí.

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Los relatos, con sus construcciones, conforman la historia. Como si ésta fuera una gran biblioteca. Cada relato se ubica junto al anterior y cerca del espacio que ocupará el que está por llegar. Las relaciones entre ellos, claro, no son lineales; sino complejas y hasta arbitrarias. Hay influencias, citas, tensiones y más. Nada está quieto ni es definitivo.

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En esa gran acumulación existen relatos que son más visibles que otros, que suelen ser más leídos. Que suelen acompañar a aquellos que ganan y no a los que pierden. A estos relatos -los del poder- es difícil discutirles. Y esto suele ser porque sus construcciones suelen estar invisibilizadas, no suelen mostrar sus mecanismos políticos; y sus relaciones con el mundo pocas veces son transparentes.

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Sin embargo, sí existen algunos grandes relatos -debemos creer que- existen muchas pequeñas historias. Aquellas -a las que lo cortéz no les quita lo valiente y- siguen relatando mundos que pueden ser distintos. Estos relatos pueden nacer con un gesto, una pequeña acción, que deja al desnudo a las grandes máquinas de sentidos.

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Andrea Trotta realiza un doble gesto. Por un lado interpela la imágen -para algunos- sagrada. Busca, colecciona, investiga, modifica. Viste a un Jesús que siempre ha estado desnudo. Juega con un hito de la Historia del Arte. Existe en ese gesto algo aparentemente inocente. Sin embargo, esa “liviandad” con la que pareciera trabajar es aquello que le quita a la representación todo lo sagrado.

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Esta mecánica va a contrapelo con la historia del collage, incluso. Ya que no se trata de una agresión en sí misma. No hay un daño a la imagen del Cristo, no le devuelve el peso de la historia. Lo viste, y en ese gesto contemporáneo dice: esto es sólo una reproducción. Esto es -y ha sido siempre- una imagen más.

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La imagen como símbolo de fé, la imágen como patrimonio de la historia y la imagen como elemento semántico. Tres grandes relatos rotos. Como hormigas, hoy estos pequeños relatos comienzan a surgir de entre grietas para escribir otra historia.

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Federico de la Puente. Curador / Agosto 2017

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